Esta es la primera vez que leo algo de este autor (y en general clásicos rusos, pero en fin.) La historia trata sobre el príncipe Nikoláyevich Mischkin, un
hombre que encarna el más alto grado de bondad, compasión, sinceridad, humildad
y misericordia. Un hombre ideal en una sociedad que busca por todos los medios
satisfacer sus ambiciones, resulta natural ver algunas similitudes del príncipe
con Jesucristo y el Quijote, aunque con sus diferencias. Atreves del protagonista vamos
conociendo el resto de personajes que bien pueden ser un reflejo de nuestra sociedad, pero quizá la riqueza del libro y lo más
desconcertante está en la profundidad de los personajes, puesto que no ponen en
tela de juicio la virtud de Mischkin bajo la óptica del entorno social en la
que están inmersos no deja de ser más que un personaje curioso y simpático. Lo que
me parece más atractivo es la visión y la forma tan particular que tiene Dostoyevski
de plasmar la acción, hay escenas donde los personajes se encuentran en
una constante tensión, que a primera vista pude parecer injustificada o exagerada, lo que me ha hecho hacer el trabajo de ponerme en los zapatos de esos personajes y descubrir que son tremendamente humanos en sus sentimientos, sus debilidades y convicciones, es como si Dostoyevski los hubiera construido de adentro hacia afuera.
Si de algo se podría hablar sin parar es de la relación del príncipe con Nastasia Filipovna, una mujer convertida en objeto de deseo por los hombres y como es de esperar marcada desde el principio por la tragedia, ella podía contemplar en el príncipe su felicidad pero sabiendo que bajo la condición en que se encontraba resultaba indigna aun siendo perdonada por el príncipe, de manera que prefiere irse con otro hombre consciente que su vida corre peligro al lado de él, por su parte el príncipe sabiendo esto la ama aun más y para completar el cuadro tenemos a Aglaya, otra pretendiente del príncipe que a ojos de los demás personajes quedan claras sus intenciones con respecto a sus afectos sobre Mischkin, menos para mi que me vine a dar cuenta ya avanzado el libro (supongo son cosas de lector descuidado)
Si de algo se podría hablar sin parar es de la relación del príncipe con Nastasia Filipovna, una mujer convertida en objeto de deseo por los hombres y como es de esperar marcada desde el principio por la tragedia, ella podía contemplar en el príncipe su felicidad pero sabiendo que bajo la condición en que se encontraba resultaba indigna aun siendo perdonada por el príncipe, de manera que prefiere irse con otro hombre consciente que su vida corre peligro al lado de él, por su parte el príncipe sabiendo esto la ama aun más y para completar el cuadro tenemos a Aglaya, otra pretendiente del príncipe que a ojos de los demás personajes quedan claras sus intenciones con respecto a sus afectos sobre Mischkin, menos para mi que me vine a dar cuenta ya avanzado el libro (supongo son cosas de lector descuidado)
Si algo podría sacarle en cara es la
extensión porque da la impresión que la
histria no va para ningún lado más que el discurrir de los pensamientos y chismorreos de los
personajes y digo que es una impresión porque de hecho la tensión a la que están se encuentra en sus pensamientos, y es que hay
que entender que Dostoyevski vendió esta obra por partes que fueron publicadas
en el Ruskii Vestnik, no es ningún misterio lo difícil que es vivir de la escritura.
Una
de los matices que más me llama la atención es que cuando se materializan los
ideales que tanto deseamos, nos resulta algo tan contrario al estado actual de
las cosas que causa cierta repulsión. Si es cierto que se ha avanzado en hacer
realidad los sueños de la humanidad, hemos podido volar, viajar al
espacio, hacer cosas increíbles en áreas como la medicina, ingeniería etc.
pero ¿desde cuanto se ha venido promoviendo la convivencia, el respeto, la compasión,
la solidaridad? y al ver a un personaje como Mischkin es evidente que encarna
estos valores, siendo reconocido por todos sus virtudes, pero su propia dinámica
hace verlo como algo extraño, simpático, hasta ridículo. Los valores que
representa el protagonista estaban de alguna forma fuera de la realidad, sumado
a su enfermedad, e inexperiencia, lo hacían en conjunto un personaje salido de la pluma de Cervantes,
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