martes, 21 de diciembre de 2010

Vista en el interior de un bus

0 comentarios


Al tomar el bus en la mañana aflora esa inquietud de como sera el día que apenas comienza, es en el interior del bus de la mañana que uno hecha de menos el calorcito de la cama, es en el interior del bus que uno ve las mañanas hermosas, que ve pasar esos otros caminos y lugares que de repente quisiera uno transitar en vez de tener que ir a donde uno va, también es donde uno comienza a planear las cosas que hay que hacer durante el resto del día,es el lugar donde se dan falsas siestas que no se pueden comparar con el reconfortante sueño bajo las sabanas, el bus de la mañana puede ser también el lugar donde se dan sita las incomodidades, entre estrujones y estrepitosos zarandeos, como si todo esto se tratase del ritual con el que comienza cada nuevo día.



Bus en Medellin from Docejuegos on Vimeo.


Bookmark and Share

viernes, 10 de diciembre de 2010

Dienero en el suelo

0 comentarios

El año pasado junto con este que esta por terminar han sido bien difíciles, llenos de tropiezos y dificultades, entre ellas la que podría decir que mas sobresale soy Yo, pero no todo puede ser malo, por lo menos ya estoy haciendo el intento por mejorar, aparte de eso algunas cosas que he planeado se han logrado, pero quizás lo que más me ha llamado la atención han sido una serie de logros o eventos favorables que se han venido presentando con cierta regularidad y que solamente obedecen al azar, y es que por más que este metiendo las patas o menos me salgan las cosas sigo encontrándome dinero tirado en la calle; No es algo que suceda todos los días, pueden pasar semanas o meses sin encontrar nada, tampoco he dado con grandes sumas, pero si han sido suficiente como para pagar una que otra deuda o para los pasajes. Aunque estos encuentros se den mas que todo por el azar hay algunas consideraciones que me gustaría mencionar porque siempre están presentes y de una u otra forma hacen mas fácil el encontrar algo de dinero. Así que dejare de lado las múltiples consideraciones acerca de los dueños que dejaron caer su dinero al suelo para que lo recoja un suertudo o un vago como usted o como yo.


  • Nunca salgo solo con el animo de encontrar algo de dinero, siempre hay un motivo mayor para dar una vuelta (por gusto, falta de pasajes etc.)
  • No siempre es conveniente recoger el dinero que esta en el suelo, hay que evaluar la situación en especial cuando hay personas alrededor para no caer en una trampa o evitar alguna pelea.
  • Por mi experiencia he podido comprobar que en el centro hay menos posibilidades de encontrar dinero tirado, lo mejor es ir a las calles de los barrios.
  • Cuando camino procuro mirar al suelo.
  • No entrego celulares que tengan fotos de su dueño mostrando armas de fuego (ya he encontrado dos).
  • Y por ultimo y más importante para mi es ante todo disfrutar el recorrido, así uno no se llegue a encontrar ni un centavo.


Bookmark and Share

martes, 16 de noviembre de 2010

Próspero Morales Pradilla - Los Pecados de Inés de Hinojosa

0 comentarios
Se que hay una generación de personas que recuerda esta novela en su versión televisiva, básicamente por la renuencia de sus padres a dejar que sus hijos vieran una novela con algunas escenas de contenido erótico,ahora pienso que si alguno de aquellos padres hubieran sabido de la existencia del libro por aquel entonces vetarían el acceso a sus hijos a la biblioteca, aunque teniendo en cuenta los bajos niveles de lectura en el país tampoco hubiese sido un problema.

El hecho es que después de leer el libro no me cabe la menor duda que Próspero Morales logro crear uno de los personajes femeninos más carismáticos haya visto,en la Inés de Pradilla hay varias cosas que me agradan una de ella, una  tiene que ver con el canon de belleza pues la que hace que se doblegue la voluntad y es objeto de deseo de los hombres no tiene que ver con ojos azules ni pieles blancas como la nieve, en este caso es una mestiza quien se convierte en objeto de deseo, una mujer que supo utilizar sus encantos y su astucia para encantar a los hombres hasta el punto de estar dispuestos a matar si es preciso para estar con ella, pero que en definitiva no le sirvió para conseguir su libertad o librarse de las costumbres que como de costumbre eran mas de dientes para fuera.
 
Mencione la libertad porque Inés parece como si estuviera viviendo en un mundo que no era adecuado para ella, imaginándola viviendo hoy en este siglo XXI podría ser una empresaria, mujer de un capo, dueña de una multinacional, bailarina, novia de un sicario, o presidenta de la república; notable tal vez, pero sin la chispa y el encanto que siempre nos inspiran las almas rebeldes, para los tiempos que corren resulta normal el ejercicio de la sexualidad hasta rallar el abuso, cambiar de pareja tan pronto como se casan y más aun cuando hay violencia de por medio, es común ver en las noticias crímenes pasionales ¿cual sera la rebeldía que causa escozor hoy en día? si la de Inés tenia que ver con practicas que hoy nos parecen tan normales, me aventuro a decir que la de hoy tendrá que ver con algo contrario al espíritu de estos tiempos, ese algo que se puede percibir cuando se hecha una mirada critica y consiente a nuestra sociedad.
Aqui dejo algunos enlaces de interes



Bookmark and Share

lunes, 15 de noviembre de 2010

Las ruinas de "El Jordan"

0 comentarios

Salí a ver que había pasado con este bar después de tres años de haber dejado de funcionar y debo reconocer que el video no deja ver mucho, pero fue lo mejor que pude hacer teniendo en cuenta que lo grabe con la cámara de un celular que me encontré (qué cosa ser pobre) Entrando en el asunto "El Jordan" se esta cayendo a pedazos, teniendo en cuenta que por el sector se están adelantando una gran cantidad de proyectos urbanísticos, nada raro seria que construyeran un edificio de apartamentos. En caso de ser así allí estaré para decirle adiós a 116 años de historia con un tango y un agurdiente



El Jordan Medellin from Docejuegos on Vimeo.



Bookmark and Share

viernes, 19 de marzo de 2010

Cuentos de Naoki Urasawa

1 comentarios

Jakub Farobek - El hombre de los ojos saltones y el hombre de la boca grande
- "¡Ya sé! ¡Hagamos un trato!" dijo un diablillo.
- “¡No! ¡No! ¡No quiero!” dijo el hombre de los ojos saltones.
- “De acuerdo, hagamos un trato.” dijo el hombre de la gran boca.
Inmediatamente, en el jardín del hombre de la gran boca florecieron mil flores distintas. El hombre de los ojos saltones era tan pobre, que se moría de hambre, y no sabía qué hacer. El hombre de la gran boca estaba contento todos los días, saciaba su apetito comiendo frutas deliciosas. Por eso no se dio cuenta… de que su jardín se había marchitado. En ese jardín no volvió a crecer una flor, y el hombre de la boca grande lloraba y lloraba
- “No debería haber hecho un trato con el diablo” se decía.
El hombre de los ojos saltones tenía tanta hambre, que creía que iba a morir. Lloraba, derramando grandes lágrimas, y se quejaba,
- “Debería haber hecho un trato con el diablo.”
- “¡Un trato! ¡Hagamos un trato!” Dijo el diablo.




Bookmark and Share

Cuentos de Naoki Urasawa

0 comentarios

Klaus Poppe - El dios de la paz
[CUENTO INCOMPLETO]
"... El Dios de la Paz está siempre ocupado.
Apenas tiene tiempo de mirarse al espejo, se pasa el día tocando su trompeta.
La trompeta del Dios de la Paz hace feliz a la gente.
El Dios de la Paz está siempre ocupado.
Apenas tiene tiempo de mirarse al espejo, pero vierte su agua mágica.
El agua mágica hace crecer verdes montañas, cosechas perfectas y praderas llenas de flores.
El Dios de la Paz está siempre ocupado.
Apenas tiene tiempo para mirarse al espejo, pero le da a cada uno un nombre…
- “Tu nombre es Otto.”
- “Tu nombre es Hans.”
- “Tu nombre es Tomas.”
- “Tu nombre es… ¡Johan!”.
Ah cambio, Johan le regaló al dios su sombrero.
El Dios estaba tan feliz, que se miró por primera vez en un espejo
Pero… el espejo mostraba un demonio.
Y el demonio dijo:
- “Yo soy tú… y tú eres yo”.
- “Oh, no, con un demonio como éste, nadie puede vivir en paz!! …
Que puedo hacer ¿Que puedo hacer?”
Entonces el dios…





Bookmark and Share

miércoles, 17 de marzo de 2010

Cuentos de Naoki Urasawa

0 comentarios

Emil Sebe - el monstruo sin nombre
Hace mucho, mucho tiempo, en un país muy lejano vivía un monstruo sin nombre. El monstruo deseaba un nombre, y lo deseaba tanto que apenas podía pensar en nada más.
Un buen día, el monstruo emprendió un viaje para buscar el nombre que tanto anhelaba. Pero el mundo es demasiado grande, y, por ello, el monstruo decidió dividirse en dos. Un monstruo se fue al este y el otro, hacia el oeste.
El monstruo que había ido hacia el este encontró pronto una aldea. En la entrada de la aldea había un herrero.
"Sr. Herrero, me puedes dar tu nombre", preguntó el monstruo.
"¿Pero qué tonterías dices? No puedes dar tu nombre ", replicó el herrero, incrédulo.
"Si me das tu nombre, me introduciré en tu cuerpo y te haré muy fuerte", prometió el monstruo.
"¿En serio? Bueno, pues si de veras vas a hacerme más fuerte, adelante, es tuyo", respondió el herrero.
Entonces, el monstruo se introdujo en el cuerpo del hombre. A partir de ese momento, el monstruo se convirtió en Otto el herrero. Otto se volvió el más fuerte de la aldea. Sin embargo, un día el dijo...
"Mírenme... mírenme... ¡Miren qué grande se ha hecho el monstruo en mi interior!"
¡Crunch Crunch! ¡Monch Monch! ¡Chomp Chomp! ¡Plaf!
El hambriento monstruo se comió a Otto de adentro hacia afuera. Y el monstruo se quedó sin nombre otra vez.
Aun cuando entro en el cuerpo de Hans el zapatero…
¡Crunch Crunch! ¡Monch Monch! ¡Chomp Chomp! ¡Plaf!
Al comérselo, volvió a quedarse sin nombre.
Luego entro en el cuerpo de un cazador llamado Thomas, pero...
¡Crunch Crunch! ¡Monch Monch! ¡Chomp Chomp! ¡Plaf!
Como era de esperar, se lo comió, y volvió a quedarse sin nombre.
En busca de un hermoso nombre, el monstruo decidió buscar en el interior de un castillo. En el castillo vivía un pequeño príncipe enfermo.
"Si me das tu nombre, pequeño, yo te haré fuerte como un roble", le dijo el monstruo al príncipe del castillo.
"Si me haces un niño sano y me vuelves fuerte, mi nombre es tuyo", replicó el príncipe enfermo.
Entonces el monstruo se introdujo en el interior del príncipe. Y éste se curó milagrosamente.
El rey estaba de lo más contento.
"¡El príncipe se ha curado! ¡El príncipe se ha curado!", se regocijaron todos.
Al monstruo le gustó el nombre del príncipe. La vida en el castillo le gustó también. Por eso, y aunque se moría de hambre, hizo esfuerzos por contenerse. Un día tras otro, cuando el hambre le acechaba, el monstruo se contenía y esperaba paciente a que pasara.
Pero un día el hambre era tanta que el monstruo no pudo más.
"Mírenme... mírenme... ¡Miren qué grande se ha hecho el monstruo en mi interior!"
Y entonces se comió al rey y a toda la corte de una sentada.
¡Crunch Crunch! ¡Monch Monch! ¡Chomp Chomp! ¡Plaf!
Como no quedaba nadie en el castillo, el príncipe siguió con su viaje. Camino por días y días.
Un día, el príncipe encontró a su mitad, al monstruo que había viajado al oeste.
"Ya tengo nombre, ¿sabes? Un nombre muy bonito" le dijo el príncipe al monstruo.
"¡Yo no necesito un nombre! Soy feliz aun sin él. Solo tenemos que aceptar que somos monstruos, monstruos sin nombre" le respondió el monstruo al príncipe.
Y con estas palabras, el príncipe se comió al monstruo del oeste...
"Ahora por fin había conseguido un nombre... pero todas las personas que podían llamarlo por su nombre habían desaparecido... con lo bonito que es su nombre... Johan..."







Bookmark and Share

Cuentos de Naoki Urasawa

0 comentarios




Klaus Poppe - El despertar del monstruo

Había una vez una cueva tapada por una piedra muy, muy grande. Las leyendas decían que dentro había un monstruo dormido.


El niño más infeliz de la aldea habría dado lo que fuera para dominar el mundo.


El niño le preguntó a un anciano:
"¿Cómo puedo despertar al monstruo?". El anciano lo contestó: "Tienes que llamarlo por el nombre de la persona más amada en el mundo".

Precisamente ese día había una boda en el pueblo. Todos cantaban y bailaban felices.

El niño
vio a los novios y pensó: "¡Ahora ya sé quién es la persona más amada en el mundo!"
El niño fue a la cueva y gritó: Mazenka! ¡Pepîcek!", pero aquello no despertó al monstruo.

En la aldea había un hombre muy fuerte al que todos admiraban.

El niño pensó: "¡Ahora ya sé quién es la persona más amada del mundo!".
El niño fue a la cueva y gritó el nombre del hombre: Jiri!", pero aquello tampoco despertó al monstruo.

En la aldea había una muchacha que cantaba muy bien y hechizaba a todos con su voz.

El niño pensó: "¡Ahora ya sé quién es la persona más amada del mundo!".
El niño fue a la cueva y gritó el nombre de la muchacha: Magdalenka!", pero tampoco así despertó al monstruo.

En la aldea había un abuelo y una abuela que llevaban muchos, muchos años casados. Tenían un montón de hijos y nietos.

El niño pensó: "¡Ahora ya sé quién es la persona más amada del mundo!".
El niño fue a la cueva y gritó el nombre de los abuelos Bozenka! ¡Venousek!", pero ni con esas despertó al monstruo.

Al ver tantas personas amadas el niño se sintió como si dominara el mundo y se olvidó de la cueva.


Pero un día encontró a una mujer que lloraba sola en un lugar apartado de la aldea:
"¡Mi hijo se ha perdido! ¡Se lo han llevado los duendes!".
La mujer le contó llorando cuanto amaba a su hijo y le dijo su nombre.
El niño se quedó asombrado: "¡Ahora ya sé quién es la persona más amada en el mundo!".
El niño se fue a la cueva y gritó bien fuerte su nombre.
La piedra se movió lentamente. Cuando el niño vio al monstruo...
Grush, Grush, ñam, ñam, grumpf, grumpf... ¡Glucks!
El niño se llamaba...

Bookmark and Share

Cuentos de Naoki Urasawa

0 comentarios

H
ace unos cuantos meses termine de ver Monster serie de animación japonesa basada en el manga de Naoki Urasawa una verdadera obra que se sale por completo de las formulas tradicionales y empalagosos clichés a los que estamos acostumbrados a ver en casi todas las series de anime y es que a estas alturas y con todo el éxito que ha tenido ya debería haber una versión de esta serie con actores reales pero por lo que veo habrá que esperar un buen rato a que se decidan. Pero bueno, lo que me trae aquí es básicamente compartir algunos de los cuentos que aparecen a lo largo de los capítulos de la historia ya que he visto que muchos han intentado hacerlo en otros blogs pero por razones que desconozco no siguieron, por desgracia este sitio tampoco es la excepción ya que desconozco si hay mas cuentos en “Another Monster” libro del mismo autor el cual guarda una estrecha relación con la serie, de manera que si alguien sabe algo al respecto me puede comentar o si alguien tiene el libro o sabe donde lo puedo descargar se les agradecería bastante ya que por aquí veo muy difícil conseguirlo en librerías
Nota aclaratoria: en el manga y el anime Franz Bonaparta escribió los cuentos empleando diferentes seudónimos así que el encabezado está compuesto por el título del cuento y el seudónimo del autor


Bookmark and Share

lunes, 22 de febrero de 2010

Leon de Winter - El Hambre de Hoffman

0 comentarios

Caminando por los pasillos de la biblioteca pública piloto me encontré con este libro, al leer la sinopsis vi cosas interesantes como el hecho de estar ambientado en los últimos años de la guerra fría y otras cosas curiosas como elementos policiacos unidos a la figura de un protagonista bulímico, pero la verdad es que la historia del protagonista Felix Hoffman resulta algo desoladora, particularmente me ha puesto a pensar en cosas como qué hacer ante aquellas perdidas que son significativas, esas que dejan hueco en el alma solo "seguir para adelante" es lo que comúnmente se dice o hace, pero detrás de esa expresión hay una especie de convicción, determinación o fuerza que hace posible ese "seguir adelante" yo me atrevería a decir que es la esperanza en que las cosas cambien o por lo menos en que algún día el dolor desaparezca; A diferencia de lo anterior para Hoffman no parece haber una vuelta de esquina o camino alterno, pero él no es del tipo que se entrega a un caudal de dolor y sentimientos, este es mucho más reposado casi que medido y sobre todo consiente, Hoffman es esa clase de personaje al cual la vida le ha dado palo desde pequeño cuando vio desaparecer sus padre por culpa de la segunda guerra mundial más adelante cuando todo por fin estaba marchando bien muere su hija unos cuantos años antes de ser inventado el tratamiento para la enfermedad lo cual desemboca en una serie de desastres y fracasos que llevan al protagonista a perder el sueño pasando las noches en vela leyendo a Spinoza y devorando cuanto hay en el refrigerador ocasionándole graves problemas de salud, al no haber bocado que llene el hueco de sus fracasos el vacio es lo único que ve seguro en su porvenir.
Lo que se resalta con cada perdida es el momento histórico en que va recordando los infortunios, la verdad no sé si esa conciencia se deba a la condición de diplomático que ostentaba Hoffman o por la necesidad de encontrar un culpable o una explicación, tanto es así que en las últimas páginas del libro recoge el siguiente fragmento de las elegías de Rilke “cada pesado giro del mundo tiene tales desheredados que no forman parte ni de lo anterior ni de lo venidero” a pesar de lo acabado que pueda parecer Hoffman la felicidad no parece del todo descartada pues vendría siendo una posibilidad dentro de todas las cosas que puedan pasar de aquí a su muerte, tal vez sea por eso que leía el tratado de la reforma del entendimiento de Spinosa que por cierto resulta muy interesante la forma en que entendía cada parte del tratado brindando un ejemplo de cómo se dialoga con un texto (lo digo particularmente porque en el colegio me lo decían mucho pero no entendía como era) otro elemento que ayuda a mantener el interés y el equilibrio son los referentes a la intriga y el espionaje aunque en esta novela no son tan predominantes ayudan a balancear el drama y a la vez a complementar el cuadro histórico sobre el cual se tejen las desdichas del personaje, una vez le oí decir a alguien que el hombre no puede escapar de su tiempo ni de su espacio, en esta novela pasa lo mismo también con las culpas pero a pesar de todo esto se las arregla para encontrar una última esperanza tal vez la única a la que pueda recurrir aunque me haya tomado por sorpresa resulta algo a lo que con frecuencia se recurre en la vida real pues aquellos momentos de la historia que van dejando a su paso montones de desheredados también tienen un final, si nos quieren dejar sin pasado ni futuro, lo mejor es empezar a construirnos para escapar de la nada y la mejor forma de vengarse del que nos quiere hacer desaparecer es vivir. Por lo demás me queda recomendar esta lectura aunque no es mucha la información que pude encontrar del autor y menos de este libro dejo el enlace a una entrevista para complementar

Imagen tomadade http://www.laie.es/foto/muestraPortada.php?id=9788477651383


Bookmark and Share

lunes, 8 de febrero de 2010

Dias de Feria

0 comentarios

Durante unos 3 tres días viví la experiencia de estar en una feria itinerante instalada en el jardín botánico de la ciudad de Medellín, en esta ocasión en calidad de vendedor de frituras (pancerotis, palos de queso, salchipapas y tamales) en compañía de mi familia; Eran muchas las expectativas que teníamos pero las necesidades de orden económico fueron más fuertes que cualquier temor y nos embarcamos en esta pequeña aventura.



No sé si fue por lo agradable del sitio pero desde que nos instalamos sentí como si nos estuviéramos adentrando en un universo distinto, era algo así como estar en una empresa sin estructura administrativa ni departamento de personal, olvidando por un momento todos esos elementos con los cuales se hace casi que impensable el trabajo en una empresa, en apariencia puede que todo se resuma a vender, pero estar en una feria lo hace a mi modo de ver algo distinto, por el espíritu de una institución con una gran tradición histórica la cual se hace perceptible (en cierta forma) de verse haciendo lo mismo que personas del antiguo Egipto o en los días del imperio romano, pasando a la edad media donde se empezó a utilizar el término feria propiamente dicho, donde no solo se comerciaban todo tipo de productos si no también conocimiento, principalmente en el gremio de arquitectos y constructores donde ofrecían técnicas de construcción que fueron aplicadas en la edificación de castillos, catedrales y puentes, además de propiciar el encuentro con otras culturas. Algo parecido me paso cuando me vi con gente tan diversa como bogotanos, indígenas, peruanos y hasta gente de la india, compartiendo en un espacio de trabajo menos rígido, donde se podía conversar con los demás expositores, echar un vistazo a los demás toldos y saber un poco de los viajes que hacen a menudo, probar sabores de otras partes como los deliciosos churros con ariquipe de unos bogotanos que por más que he buscado no he podido encontrar otros iguales y mi primer encuentro con una autentica lechona.




Aunque claro que pudo haber sido mejor si no hubieran cancelado la feria por falta de un par de firmas, mientras los organizadores las conseguían se fueron deteriorando los tamales a tal punto que se perdieron, para cuando reanudaron la feria solo nos quedo la preocupación de cómo pagar el dinero que nos prestaron para hacer los dichosos tamales, teniendo que pasar el resto de la feria vendiendo empanadas producto con el cual se han levantado infinidad de parroquias y centros comunales del país, junto con el resto de fritos, logrando pasar de esta forma sin pena ni gloria. Aun así creo que esta experiencia me ha mostrado una parte amable del comercio con relación a otros ambientes como el almacén o el centro comercial tanto como si se es comprador o si se es empleado donde difiere en gran medida el trato y hasta el mismo proceso de compra, así pues resulta gratificante comprobar que hay otros espacios y sobre todo practicas y actitudes comerciales más humanizadas y enriquecedoras que las que uno está acostumbrado a ver en la ciudad. Eso es todo.

martes, 26 de enero de 2010

Carolina Sanin - Todo en otra parte

2 comentarios


Por momentos quise desistir de seguir leyendo este libro pero seguí, mas tarde me di cuenta que le había pasado lo mismo a otras personas que lo habían leído y que al final lograron terminarlo y es que a veces resulta difícil, sobre todo si se está acostumbrado a las historias donde la trama se pone de manifiesto y es fácil seguir, por lo que “todo en otra parte” puede desesperar un poco, pero al segur leyendo me di cuenta que por complicado que parezca algo se queda con uno, al principio puede que uno no sepa que es o por lo menos tenga las palabras para contar esa idea o pensamiento surgida de la lectura, en este caso parece complicarse un poco más teniendo en cuenta las intenciones que tenia la autora con respecto al libro “Tenía la intención de decir sólo aquello que no pudiera decir hablando; de contar sólo lo que no sabía cómo contar” y por un momento así me he quedado yo, sin saber que o como contar algo sobre esta interesante novela al adentrarse en la historia y sobre todo al ver los diálogos uno tiene la sensación como de haber llegado tarde a un acontecimiento del cual solo se tiene que conformar con escuchar comentarios parciales, dispersos y hasta incoherentes del suceso, que ni siquiera es posible reconstruir por los medios de comunicación en este caso “Los Mundos” que curiosamente dejaron pasar de largo un suceso como el de la toma del teatro Dubrovka, creo que en la vida real no escapamos a la insustancialidad al chisme y la indiferencia, por muchos avances que hayamos hecho nos damos cuenta que no son suficientes, lo que sabemos solo es una parte de algo mayor y en algún momento somos consientes que vivimos de la apariencia; por otro lado Carolina Sanin menciono que en una ocacion alguien le habia dicho que la novela era artificial, sintetica, no creo que el comentario fuera en sentido peyorativo, a mi me parecer muy humana, precisamente porque en el transcurso de la historia es uno como lector el encargado en cierta medida de sentar una posición y decidir si sigue el juego de apariencias o de incoherencias o por el contrario buscar un significado, algo más profundo, algo así como buscar en esa otra parte los que hace falta. Solo me queda decir que Todo en otra parte es una novela poco convencional y un tanto difícil pero atractiva, dentro de todos esos vericuetos y situaciones casi incomprensibles hay algo que nos obliga a mirarnos, pero desde el lente de una autora que ha sabido ser fiel a su instinto, sus inquietudes y sobre todo su mirada unica y original.

A continuación pondré a disposición algunos enlaces acerca del libro, recomiendo el primero que precisamente fue escrito por Carolina Sanín el cual menciona algunos aspectos del proceso creativo para llevar a cavo el libro




Medio dia en un semáforo

1 comentarios
El pasado diciembre repartí volantes para un evento llamado expo artesanía y gastronomía en el jardín botánico de la ciudad de Medellín, por suerte la esquina donde tenía que repartir quedaba cerca del museo de arte moderno que es donde estaba haciendo las practicas.Como era la primera vez que hacia este trabajo lo primero que tenía que hacer era familiarizarme con el entorno, sobre todo para estar seguro de no invadir el territorio de otro repartidor, esto es bien importante dado que con el alto índice de desempleo las calles y los semáforos se han convertido en las oficinas del trabajador informal, así que al primer vistazo pude ver un grupo de muchachos con trapos y limpia parabrisas, eran unos 6 o 7 y a juzgar por el aspecto y lo curtidos que se les veía de tanta calle no creí prudente hacerme junto a ellos, así que me fui una cuadra atrás donde estaba un vendedor de celulares y minutos, una vez saque los volantes para repartir me abordo un joven que me pregunto que estaba repartiendo, muy calmada mente (pero siempre presto a huir) le mostré el volante del evento, al verlo el muchacho saco un fajo de los mismos volantes los cuales también se encontraba repartiendo así que nos dedicamos a repartir los volantes a lado y lado de la calle, incomodando taxistas, pasajeros, propietarios de autos particulares y peatones hasta tuve la oportunidad de encontrarme con profesores de la universidad, compañeros de clase, un amigo que andaba perdido y para rematar me gane una propina de mil pesos por golpear con un tubo el sistema de arranque de un renault 4
Las veces que sacábamos tiempo para hacer una pausa (no crean que esto de repartir volantes cansa) el muchacho a quien voy a llamar Julio para proteger su identidad me contó que la semana pasada había hecho la confirmación, cosa que me sorprendió pues estaba algo mayor para eso, aunque no me dijo su edad fácilmente estaría entre 15 y 17 también me contó (más bien con pocos detalles) algunos incidentes que tuvo con una pandilla llamada "los rojos" pero ahora estaba juicioso trabajando y formando parte del grupo juvenil de la parroquia de su barrio donde además había una muchacha que lo traía algo enamorado, aparte de eso me entere que el grupo de muchachos que trabajan en la otra cuadra limpiando parabrisas eran presuntamente todos miembros de una misma familia, a veces se les ve reunidos a todos en torno a la figura de un anciano y nadie sabía con certeza quién era o de donde venia, por otra parte y ya con un poco mas de confianza Julio le pregunto al vendedor de celulares como le había ido, - hoy no se hizo nada - nos dijo, pero después nos comento que el desquite lo tenía en la cantina donde juega partidas de billar apostando con otros y al parecer no lo hacía tan mal, una vez se alejo de nosotros Julio me comento que el tipo era buena gente pero lo que no lo dejaba progresar era el perico; ya estaba oscureciendo y el cansancio cada vez más se apoderaba de nosotros y para nuestros cerebros llenos de ruido y esmog lo único que parecía inmutable eran los fajos de volantes que faltaban por repartir, la mayoría de personas que estaban en el semáforo ya se habían ido y solo quedamos los dos, estábamos cansados sentados en el andén esperando que llegara el sujeto que nos paga 25 mil pesos el día, mientras mirábamos un hombre que estaba vendiendo unas chupetas con forma de corazón a los conductores, lo curioso de aquel hombre era que si no le compraban las chupetas dejaba que la persona se quedara con ellas y no permitía que se las devolvieran según el así "probaba mas finura" nos dijo sacando del bolsillo una botella con aguardiente aunque por el olor que despedía parecía más que fuera alcohol de farmacia, tomo un trago y luego le dio la botella a un gamín que presuntamente era su amigo, el gamín vació algo del contenido de la botella y se lo unto en el rostro luego tomo su correspondiente trago y tal como llego se fue, cosas de calle eso fue lo que pude registrar como mero observador en tan solo medio día parado en un semáforo mas allá del drama con el que pintan las cosas en televisión sin música de fondo solo con el ruido de los autos, la incertidumbre y resignación ante cualquier cambio en el clima, la mirada y los oídos abiertos para evitar problemas, que los cuentos y las anécdotas con una sonrisa y siendo amables prácticamente se cuentan solas.



sábado, 2 de enero de 2010

Alegria olvidada

0 comentarios
Era un día como cualquier otro en que tomaba el bus para ir a la universidad y no sé si sea por matar el tiempo o por razones de seguridad que casi siempre uno se fija en las otras personas que toman el mismo bus que uno , desde que lo paran con el dedo hasta que se sientan o se aferran a las barras laterales sin la idea de que algo así pueda aportar algo en absoluto, lo digo porque ese día siguiendo aquel impuso inconsciente vi como ingresaba un niño de unos 7 u 8 años, después de haber tomado asiento paso la registradora una mujer muy bonita que probablemente sea la madre, tras el característico traqueteo de la registradora la mujer se quedo parada un momento buscando al chico, una vez lo vio le dedico una sonrisa que de inmediato me llamo poderosamente la atención, y es que había algo que definitivamente iba más allá de ser una bella sonrisa, no tenía nada que ver con las que encuentra uno en avisos publicitarios con modelos despampanantes, por más que lo intentaba no podía saber por que me había impresionado tanto; Algunos meses después vi esa misma expresión cuando estaba repartiendo unos volantes en la playa (la avenida) cuando un pequeño agarrado a la mano de una mujer me quito uno de los volantes, la madre (supongo) al ver aquella muestra de arrojo por parte del pequeño le dedico la misma encantadora expresión que la mujer del bus, aun así no supe como clasificar o nombrar en detalle aquel fugaz gesto, mucho menos determinar por qué me había parecido tan importante, pero sin duda me hizo pensar en el hecho que las relaciones entre hombres y mujeres son a menudo difíciles y al recordar la expresión de aquellas mujeres y de muchas más que he visto me asalta la idea de que en algún momento las cosas no siempre fueron tan complicadas, partiendo desde el principio cuando es la mujer quien nos da la mejor morada que jamás hayamos tenido, muestra de ello es que cuando nos llega la hora de abandonar su interior lo primero que hacemos es romper en llanto, de su mano vemos el mundo cuando las acompañamos los fines de semana a hacer las compras al supermercado, sorteando aquella marea incomprensible de personas, locales y ruido propios del centro y las plazas de mercado.


Reconozco sin ningún pudor que tarde bastante en comprender que lo que me llamo la atención de aquellas escenas era la misma alegría del momento, la cual podría decir que posee un carácter único o por lo menos distinto el cual se da en determinada etapa de la vida, es mas, aquella ternura que despertábamos en las mujeres indistintamente que se trataran de nuestras madres va desapareciendo tal vez para siempre conforme vamos creciendo de manera que haciendo el ejercicio de comparar la sonrisa de una mujer enamora con la de la anécdota antes referida resulta que son muy distintas sin dejar de ser risas y expresiones que claramente denotan felicidad.


Tal vez dentro de toda la diversidad que hay en el planeta estamos llamados a brindar distintas formas de alegría, pero nadie puede negar que al crecer aumentan los problemas y las desdichas pero sobre todo la facilidad de tener desacuerdos, reconocer y generar distancias, casi con la misma rapidez que llegamos a despertar aquella bella expresión de ternura en una mujer nos vemos militando en algún bando, ocupando las filas en una guerra de sexos, disparando chistes de mal gusto, sembrando debates que no llegan a ninguna parte más que al desprecio mutuo o esgrimiendo ideas tan facilistas y herradas como la de que "nuestras madres son unas santas y el resto de las mujeres son unas perras" y viceversa; Tal vez fue por eso que me pareció tan notable ver esa única clase de felicidad en el rostro de aquellas mujeres y mas siendo proporcionada por una persona que probablemente en un futuro hable mal precisamente de las mujeres, a lo mejor algo de esa ternura perdida hace algún destello en una tímida caricia, mirada, gesto que nos dice que somos queridos por esa persona especial o en la emoción que provoca el sentir la tibieza del cuerpo de la amada.


Volviendo a la escena del bus ignoro si los que viajaban en ese momento lograron ver aquella expresión aparte del chico, el cual seguramente sintió la misma sensación que yo durante aquellos pocos segundos que duro aquel gesto, que logro transmitir de una forma tan certera precisa y sobre todo sincera, mejor que cualquier palabra o anuncio algo tan simple como la seguridad de que "¡¡todo estaba bien, que en ese momento las cosas estaban marchando bien!!". A pesar de los breves segundos que duro aquel gesto aun lo conservo, lo que me hizo acordar que en el ensayo una "habitación propia" de Virginia Woolf hizo referencia a lo escaso que es encontrar en la literatura algo que denominaba como la unión de la inteligencia de la mujer y el hombre, creo que algo como eso fue lo que pude presenciar en esos escasos segundos y en caso que ese tipo de alegría pertenezca solo a una etapa de nuestras vidas no estaría mal recordar, mas aun cuando parece haber tantos puntos de discordia al llegar a la madurez, creo que es precisamente porque olvidamos por completo alegrías como las que acabo de describir, tal vez de no olvidarlo recobremos la voluntad de brindar esas únicas alegrías y respetos mutuos que correspondan con nuestras diferentes etapas.